Comparto con algunos amigos, más o menos frikis, la afición por pequeños objetos con historia probada, imaginada o legendaria. No soy muy de fotos a la vista. Pero objetos con memoria propia o ajena tengo a montones. Algunos están directamente relacionados con episodios concretos de mi vida. Otros son recuerdos de familia. Vínculos sentimentales. Un cenicero de cristal en forma de salvavidas, que me fascinaba desde niño y perteneció a un tío mío, capitán de la marina mercante. Los objetos más interesantes, sin embargo, tienen otros orígenes. Llegaron en diversos momentos y por distintos caminos: regalos de amigos, anticuarios, azares insospechados.
A.P.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada