Entras en la primera habitación de palacio y te encuentras totalmente a oscuras. Tropiezas con muebles aunque gradualmente aprendes donde está cada objeto. Por fin, después de seis meses aproximadamente, encuentras el interruptor, lo activas y, súbitamente, todo se ilumina. Luego te trasladas a otra habitación y estás otros seis meses a oscuras. Así es la vida, cada acontecimiento, algunos momentáneos, otros de uno o dos días de duración, son la culminación de muchos meses (y no se puede vivir sin ellos) de tropiezos precedidos por la oscuridad.
A.M.
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