29.3.12

29. PASTÍS D'ANIVERSARI


25.3.12

Qui és?

- Qui és?
- Sóc la vellesa. Vinc a veure’l.
- Després. Estic ocupat. Tinc feina.
Vaig escriure.
Vaig trucar per telèfon.
Vaig menjar-me una truita.
Vaig obrir la porta però no hi havia ningú.
Es burlen de mi, potser, els amics?
O potser no en vaig entendre el nom?
No era la vellesa:
Aquí va venir la maduresa,
que no va esperar,
sospirà
i se n’anà.

I.I.

21.3.12

28. PRIMAVERA


18.3.12

Estoy sentado donde suelo hacerlo

Estoy sentado donde suelo hacerlo cuando me encuentro en la Plaza Mayor de Madrid, que es la terraza del Bar Andaluz. Me gusta instalarme allí con un libro.
En una mesa cercana hay un muchacho que lee un libro. Tiene unos diecisiete o dieciocho años, está solo, y llama la atención porque no es frecuente encontrar lectores en este paraje. Está concentrado en las páginas. Me pregunto qué lee el muchacho. Por qué mundos andará, merced al libro que tiene en las manos. Con la curiosidad natural entre hermanos de la costa, hago esfuerzos por ver la tapa del volumen. Por el grosor y formato, parece una novela. Me parece advertir, aunque no distingo título ni autor, una ilustración en la tapa que parece un velero antiguo. Quizá se trate de una novela sobre el mar, concluyo. Tal vez en este momento, el muchacho no está aquí sino empeñado a cañonazos. Quizás en este momento navegue hacia las islas a las que nunca llegan órdenes de captura, busque a los náufragos del Raquel, o ice la bandera del corsario alemán Emdem para el último combate en las islas Cocos. Quizá – o sin duda – ese joven lector ha descubierto ya que para adueñarse cómodamente de ésos y otros mundos, para llenar la existencia propia de experiencias ajenas y vivir mil vidas que de otro modo serían imposibles, basta con abrir las tapas de un libro.
A.P.

14.3.12

27. AUTOMÒBIL

11.3.12

Hay frases que no se comprenden en su momento

Hay frases que no se comprenden en su momento, pero que, tiempo después, incluso años más tarde, cobran todo su sentido. Para mí, una de ellas es esta: «Cuando uno tiene que tomar una decisión trascendental para su futuro, es conveniente hacerse esta pregunta: "¿Puedo sostener toda mi vida esta decisión que ahora tomo? ¿Sí o no?"». La frase me la reveló un festejante griego que tuve allá por el Paleolítico inferior y no le di importancia en su momento porque Dimitri, pongamos que se llamara así, no era precisamente el faro de Alejandría ni había descubierto la pólvora. Pero, como dice mi madre, lo fascinante de esta vida es que hasta un reloj parado da la hora exacta dos veces al día, de modo que hay que estar atento, porque nunca se sabe cuándo ni de quién uno va a recibir un interesante retazo de sabiduría.
C.P.

7.3.12

26. MATRIOSKA


3.3.12

Las edades humanas

Las edades humanas:
- La adolescencia es como una casa en día de mudanza: un desorden temporal.
- Los jóvenes son como las plantas: por los primeros frutos se sabe qué se puede esperar de ellos.
- Hemos llegado a la edad madura cuando, teniendo para escoger dos tentaciones, elegimos la que nos permite llegar a casa más temprano.
- La vejez es lo más inesperado que nos ocurre.
La vida transcurre como en un autobús, en el que unos pasajeros bajan y otros suben.
A.C.
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