30.9.14

26.9.14

A pesar que son pocos

A pesar que son pocos los detalles que se conocen sobre la vida de Geoffrey Chaucer, el legado de su obra magna, Los cuentos de Canterbury (hacia la década de 1390) es innegable. Esta obra desempeñó un papel fundamental en la consolidación del inglés como idioma literario y alternativa real al francés y al latín, que eran las lenguas estándar en aquella época incluso en Inglaterra. Los cuentos de Canterbury se componen de una serie de 24 historias que van relatando un variopinto grupo de peregrinos (caballero, molinero, misericordioso, abadesa, comadre de Bath, etc.) durante su viaje desde los alrededores de Londres hasta Canterbury con el fin de visitar el santuario de santo Tomás Becket. En sus relatos se recoge todo un abanico de géneros literarios. Todos, a excepción de dos, están escritos en verso. Shakespeare y otros utilizaron este tipo de verso de manera brillante en obras de teatro y sonetos en los siglos venideros.
D.K.

23.9.14

19.9.14

Las palabras no son organismos inertes

Las palabras no son organismos inertes de los que podemos echar mano indistintamente mientras escribimos, como quien echa mano de un puñado de clavos que ensarta en la madera. Las palabras se rechazan y opacan entre sí cuando están mal colocadas; y al contrario, refulgen con un brillo inédito, como repentinos carbunclos, cuando ocupan el lugar adecuado; o, dicho más exactamente, el lugar imprevisto que les permite desplegar su cola de pavo real, su fosforescencia oculta, su música callada, el mar de sargazos y corales que esconden en las grutas de su etimología. Las palabras, un diapasón que ritma los latidos de mi corazón. Amar las palabras es como amar el universo entero, una tarea inabarcable e infinita, imposible de agotar en mil vidas, más por ello mismo mucho más estimulante y dichosa que cualquier tarea que tenga los días tasados. Alegría de retozar con las palabras.
J.M.

16.9.14

12.9.14

La letra pequeña en los mapas

La letra pequeña en los mapas indica Islas Cook sobre 15 puntitos negros en el inmenso Pacífico, entre Fiyi y Tahití, porque fue el famoso capitán inglés quien las registró, pero hubieran podido llamarse Islas Álvaro o Islas Pedro, ya que estos dos exploradores las vieron primero. El tiempo parece no existir en las islas situadas al norte, atolones prácticamente desconocidos y esparcidos por los dos millones de kilómetros cuadrados de este país acuático. Riquezas que quitan el aliento: peces de tamaño inquietante, el fascinante acuario de las lagunas interiores o las perlas negras de Manihiki. En Avarua se puede estar conectado al wifi mientras las gallinas corretean junto a sus polluelos alrededor de los pies. Las Cook van repitiendo bipolaridades a medida que se van descubriendo, y otro ejemplo en Rarotonga viene del enfrentamiento visual entre la energía de sus montañas y las balsámicas aguas de la laguna, "turquesas de cristal", como las definió Truman Capote.
S.C.

9.9.14

5.9.14

Slow

Slow, "despacio", es una forma de vida en contraposición con esta carrera desenfrenada, a veces hacia ningún sitio, en la que estamos instalados. Se trata de intentar pensar reposadamente, disfrutar de nuestros hijos y del tiempo que nos queda libre, y de hacer las cosas bien. Igual menos cosas, pero dedicándoles el tiempo que se merecen. Se puede aplicar a todo, desde nuestras relaciones personales hasta la forma de cocinar, de comprar, de volver a lo cercano. Regalémonos tiempo para cuidarnos. Disfrutar de pequeños rituales placenteros. Un baño largo. Unas velas, una música y sin reloj. Libros, paseos, largas charlas. Tiempo para mí y los míos.
A.R.

2.9.14

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