14.10.11

No se consideraba un turista

"No se consideraba un turista. Él era un viajero. Explicaba que la diferencia reside, en parte, en el tiempo. Mientras el turista se apresura por lo general en regresar a su casa al cabo de unos meses o semanas, el viajero, que no pertenece más a un lugar que al siguiente, se desplaza con lentitud de un punto a otro de la tierra". Esto lo escribía Paul Bowles en 1949, en la novela El cielo protector. Por entonces, tanto el turismo como los viajes estaban reservados a la élite millonaria a la que pertenece el trío protagonista de la novela. Ahora, merced a los mayoristas hoteleros, las agencias de viajes y las líneas aéreas low cost, cualquiera puede ser turista, pero no resulta tan fácil ser viajero. Ya es hora de que el turista conozca el significado de la aventura y pueda, pues, sentir fluir por sus venas la trepidante adrenalina de la experiencia viajera.
L.E.

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