15.11.13

Cierta mañana Hércules

Cierta mañana Hércules, al llegar a una encrucijada, no supo qué dirección tomar. El camino de la derecha era accidentado y lleno de piedras, pero Hércules notó que conducía hacia una hermosa cordillera de montañas azules en el horizonte. El camino de la izquierda era ancho y llano; estaba bordeado por un río de aguas claras y había pájaros cantando. Sin embargo, una bruma matinal no permitía ver adónde iba a dar. Mientras el joven meditaba, notó que dos bellas mujeres se aproximaban, cada una por un camino. La que venía por la vereda arbolada llegó primero, ya que el trayecto era más fácil de recorrer. Se dirigió a él y dijo "Sígueme y te conduciré por lugares amenos, donde no hay tormentas ni problemas. Vivirás en una ronda incesante de música y alegría, nada te faltará". La otra mujer dijo "No puedo prometerte nada de eso. Todo lo que encontrarás en mi camino es aquello que puedas conseguir con tu fuerza y tu voluntad". Hércules entonces se dirigió hacia la otra mujer "No puedo ver hasta dónde conduce el sendero para el cual me convidas" y entró en el camino que conducía hacia su propio destino.
P.C.

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