4.7.14

Una pintura de trazo

Una pintura de trazo rápido y marcado, abreviada y casi abocetada, resultado de la prisa con que Sorolla ejecutaba sus obras. Pues su obsesión era captar un momento determinado, bajo unas circunstancias concretas y ser muy fiel a la realidad. Para ello, pintar al natural era absolutamente esencial. Y hacerlo rápido, también. Aunque las cosas estén quietas, la luz nunca lo está. Lo hizo con los paisajes y, siempre que podía, con los retratos. De manera que era fácil ver al artista en la playa con el caballete y el lienzo sujeto por piedras, protegido del viento por un sistema de toldos, y con unos largos pinceles en la mano que le permitían pintar a cierta distancia y conservar a la vez la visión del cuadro y del motivo a pintar. De esa guisa se paseó por las playas de Levante y del Cantábrico. Con un único objetivo: reproducir en el lienzo el esplendor y la luz de la naturaleza. Lo consiguió, ese era su talento.
N.F.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

UA-15083347-1