6.12.09

En el accidentado desierto de Egitpo

En el accidentado desierto de Egipto, donde los neumáticos de los jeeps se hunden en la arena y los helicópteros muchas veces no pueden aterrizar, el Cuerpo de Camelleros va patrullando de acá para allá. Casi todos los jinetes provienen de una árida provincia llamada Nubia, donde los hombres pastorean camellos de un oasis a otro. Igualmente de Nubia son sus veloces monturas, que se matriculan como si fueran automóviles y llevan un número tatuado en el flanco. El constante balanceo del camello es cruel para la espalda del jinete. “Imagínese lo que es estar sentado en un banco y levantar las rodillas hasta la barba unas 50 veces por minuto, seis horas al día. Se acostumbra uno a ello”, explica un soldado que montó su primer camello a la edad de cuatro años. Con todo, se ríe cuando alguien le dice que su misión es romántica.
A.A.

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