16.1.10

Una hormiga que estaba sedienta

Una hormiga que estaba sedienta se acercó a un estanque para beber. Cayó al agua y comenzó una angustiosa situación, pues, a pesar de mover febrilmente sus patitas, veía que se iba a ahogar. Pero una paloma, posada en un árbol cercano, lo vio todo. Cortó una hoja y se la tiró. La hormiga pudo aferrarse primero y luego subir a ella. Así se acercó a la orilla y se salvó.
Por allá andaba también un cazador de palomas. Tenía sus lazos bien preparados. Con uno de ellos consiguió atrapar a la paloma. Entonces la hormiga trepó por sus botas y le mordió la pierna. Un buen mordisco de esos que saben dar las hormigas. El cazador comenzó a sacudirse y agitarse, descuidando los lazos y a su presa recién capturada. La paloma se escapó y se puso a salvo.
Incluso los más insignificantes son capaces de proporcionar grandes servicios a sus benefactores.
A.A.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

UA-15083347-1