18.3.12

Estoy sentado donde suelo hacerlo

Estoy sentado donde suelo hacerlo cuando me encuentro en la Plaza Mayor de Madrid, que es la terraza del Bar Andaluz. Me gusta instalarme allí con un libro.
En una mesa cercana hay un muchacho que lee un libro. Tiene unos diecisiete o dieciocho años, está solo, y llama la atención porque no es frecuente encontrar lectores en este paraje. Está concentrado en las páginas. Me pregunto qué lee el muchacho. Por qué mundos andará, merced al libro que tiene en las manos. Con la curiosidad natural entre hermanos de la costa, hago esfuerzos por ver la tapa del volumen. Por el grosor y formato, parece una novela. Me parece advertir, aunque no distingo título ni autor, una ilustración en la tapa que parece un velero antiguo. Quizá se trate de una novela sobre el mar, concluyo. Tal vez en este momento, el muchacho no está aquí sino empeñado a cañonazos. Quizás en este momento navegue hacia las islas a las que nunca llegan órdenes de captura, busque a los náufragos del Raquel, o ice la bandera del corsario alemán Emdem para el último combate en las islas Cocos. Quizá – o sin duda – ese joven lector ha descubierto ya que para adueñarse cómodamente de ésos y otros mundos, para llenar la existencia propia de experiencias ajenas y vivir mil vidas que de otro modo serían imposibles, basta con abrir las tapas de un libro.
A.P.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

UA-15083347-1