20.9.13

El yogui Raman (parte 1 de 2)

El yogui Raman era un verdadero maestro en el arte del arco y la flecha. Cierta mañana invitó a su discípulo más querido a presenciar una demostración de su talento. El discípulo ya había visto aquello más de cien veces, pero de todas formas obedeció a su maestro. Se dirigieron al bosque que había junto al monasterio. Al llegar frente a un viejo roble, Raman tomó una de las flores que llevaba en el collar y la puso en una de las ramas del árbol. A continuación abrió su alforja y extrajo tres objetos: un magnífico arco de madera preciosa, una flecha y un pañuelo blanco con bordados de color lila. El yogui se situó a cien pasos del árbol, se volvió hacia su blanco y le pidió al discípulo que le vendase los ojos con el pañuelo. El discípulo hizo lo que el maestro le había ordenado.
- ¿Cuántas veces me has visto practicar el noble y antiguo deporte del arte y la flecha? – preguntó.
- Cada día –respondió el discípulo-. Y siempre lo vi acertar la rosa a una distancia de trescientos pasos.
P.C.

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