3.4.16

Un lagarto gigante

Un lagarto gigante, o quizás un varano, se esconde entre la maleza. Pasan unos cuantos kilómetros más, antes de aparecer un cartel oxidado. Un camino apenas transitable se adentra entre las acacias. Los nidos de termitas se estiran como columnas roídas de templos muy antiguos. Al final, sobre unas rocas rojas, se levanta una casa. Desde la galería, con una bebida fresca, se puede observar la sabana, unas gacelas springbok y la meseta de Waterberg al fondo. El rojo de la arena estalla al atardecer. El cielo se cubre con todas las estrellas. Qué tierra más bella regala Namibia al visitante.
R.P.

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